Jon Rahm ha solventado con autoridad su primer duelo en el Dell Technologies Match Play ante el colombiano Sebastián Muñoz, al que ha batido por 4 y 2. Digamos que la primera dosis de match play en vena ha revitalizado al jugador español, ha dado lustre a su juego. El cambio de aires con este formato le ha ayudado de alguna manera, desde luego en los greenes. De entrada, en el hoyo 1, enchufaba un putt de birdie desde más allá de cuatro metros, justo después de que su rival hiciera lo propio desde casi seis metros…
Aseguraba Jon el martes que no siente como un problema grave o preocupante los malos números que ha registrado durante las últimas semanas con el putter en las manos. Entiende que se trata solamente de una mala racha y ciertamente sus registros en ningún caso eran desastrosos. Ocurría que no conseguía ver puerta desde la media y larga distancia y, al final, tales apreturas terminaban por afectarle también en putts más cortos. El problema es que, en semejantes circunstancias, la cabeza debe funcionar como un reloj para no dejar que la mala racha resquebraje la confianza. Y en esa lucha anda Rahm. En esta ocasión, cara a cara ante Muñoz, ha salido triunfante.
Jon ha vuelto a sentirse poderoso desde el tee, tal y como viene ocurriendo asiduamente durante todo el año 2022, pero es que todo su juego en general se ha mostrado sólido y fiable. Hoy había que jugar muy bien para sacarlo del campo y el colombiano tampoco ha llegado a apretar mucho la soga. Es verdad que en el arranque del partido hacía birdies en los hoyos 1 y 3, pero desde ese punto en adelante ya no volvería a hacer ninguno más. Quien sí los iba haciendo era el de Barrika. Sin prisa y sin pausa, aprovechando muy bien sus momentos y los pares 5 y apuntillando con algún bonus marca de la casa, como el del hoyo 13, donde embocaba para birdie desde nueve metros. O el del hoyo 2, donde embocaba desde fuera de green para salvar un par mágico. A la ‘vieja’ usanza.
Incluso, podía haber acelerado el triunfo después de pegar excelentes segundos golpes en los hoyos 5, 9 y 14, por ejemplo, pero esos putts cortos no iban a entrar; a cambio sí lo hacían otros más peliagudos y oportunos, como el del hoyo 11, para salvar el par y mantener el partido a su favor. Sea como sea, nos pongamos como nos pongamos, el juego de Jon en el arranque de este campeonato del mundo ha sido mucho más que convincente.
Jon se enfrenta el jueves a Cameron Young, que a su vez superaba en esta primera jornada a Patrick Reed por 1 arriba en el mismo 18. Duelo, por tanto, entre los dos líderes del grupo, en el que el ganador tendrá mucho terreno ganado, sobre todo a la hora de depender de sí mismo en la tercera jornada que decidirá la fase de grupos. Young tampoco ha necesitado una versión extraordinaria para derrotar a Reed, un rival que a priori es temible en este formato y que incluso disponía de un putt de dos metros en el 18 para igualar el partido. De todas formas, no nos pongamos estupendos ni minusvaloremos el trabajo de Rahm, Young, Muñoz o Reed, porque tampoco estaba sencillo el campo, con un viento racheado que por momentos despistaba una barbaridad.
Tres horas antes de que Rahm y Young salgan a jugar lo harán Sergio y Morikawa, en un duelo en el que también se enfrentan los dos líderes del grupo, tras sus triunfos respectivos ante Kokrak y Macintyre. En este punto cabe recordar la permanente lucha por el Número Uno, en la que Morikawa anda involucrado y al acecho de Rahm. No es que nadie vaya a salir a jugar con tal idea o pensamiento en la cabeza, pero visto desde fuera el asunto tiene su pimienta, aunque ni siquiera una derrota sentenciaría al joven californiano.
Uno de los grandes partidos de esta primera jornada, a priori y a toro pasado, ha sido el protagonizado por Scheffler y Poulter, que se decantaba a favor del estadounidense en el hoyo 17 (2 y 1). Otro aviso para navegantes de este doble ganador en 2022, que además fue finalista finalista aquí, en el Austin Country Club, el año pasado, y que hoy es aspirante también al trono mundial. El decorado en un campeonato del mundo cambia radicalmente en cuestión de minutos, o en un puñado de hoyos, pero es obligatorio tomar nota de este tipo de registros, porque Scheffler no ha vencido a un Poulter desangelado, sino más bien a uno capaz de sumar hasta seis birdies.
