Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2017 Pesadilla y éxtasis: un comienzo que habría firmado Ballesteros
Jon Rahm analiza su vuelta y cuenta con detalles sus dos primeros golpes en Augusta

Pesadilla y éxtasis: un comienzo que habría firmado Ballesteros

Compartir
Jon Rahm.
Jon Rahm.

Jon Rahm ha tenido mucho tiempo para pensar cómo sería su primer golpe en el Augusta National. Seguro que nunca se le pasó por la cabeza que sería así. Pegó el tercero de su partido. Rory abrió el fuego y acabó en el búnker y Tanihara se fue aún más a la derecha y cortísimo. Así, como para liberar tensiones, oiga, pues no.

Jon se puso en el tee y diseñó una bola baja para zafarse lo más posible del viento y hacer el mayor número de metros posible. El plan estaba claro en su cabeza. Ahora había que llevarlo a cabo con la presión y nervios del momento. «Mira que tengo un swing corto, pues creo que no hice ni la mitad, le pegué enseguida a la bola y me fui totalmente a la izquierda, a los árboles. No, desde luego que no había soñado con un comienzo así de Masters», reconocía ayer nada más acabar la ronda.

Eso sí, Rahm tiene una virtud extraordinaria. Su capacidad de recuperación después de un mal golpe es mítica. Desde la zona de árboles, tapado, sobre la pinaza, como tantas y tantas veces estuvo Seve Ballesteros en el Augusta National, Jon pegó un golpe sublime. De extraterrestre. «Tenía algo más de 180 metros a principio de green. Pegué un hook a ras de suelo con el hierro 5 y salió perfecta. Fue uno de los golpes del día. Pensé que era imposible llegar a green».

Y tanto que llegó. De hecho, estuvo a punto de coronar el piano y dejarla a dos metros de la bandera. Un golpe mágico. De la nada, se había fabricado una opción de birdie. «Fue un inicio un poco a lo Seve. Me quedo con eso y así me olvido del mal sabor de boca del final de la ronda», explica.

Y es que Rahm ha empezado el Masters de Augusta con 73 golpes, pero la realidad es que ha jugado para hacer algunas menos. Es, por cierto, un sentimiento común a todos los jugadores en Augusta y quien mejor lidia con esta frustración durante la semana tiene mucho terreno ganado. Augusta regala poco y tiene la tendencia habitual a meterte la mano en el bolsillo. Hay que afrontarlo y superarlo.

Jon no podía ocultar su cara de decepción por el final de su vuelta. Había tenido una opción clara de ponerse con -2 en el hoyo 16 y acabó con +1. La rabia se notaba en su cara, pero no tardaba mucho tiempo en darle la vuelta a la tortilla y quedarse con lo mejor. Rahm ha jugado muy bien y sin ninguna concesión del campo ha hecho +1 en un día muy difícil. En esas manos hay aún mucho birdie por hacer en este Masters.