Yo trabajé con Randy Smith, reputado entrenador de golf que ha estado desde siempre con Scottie Scheffler. Cuando vivía en Estados Unidos iba de vez en cuando al Royal Oaks, en Texas, para verme con Randy, y allí conocí a un chaval que entonces tendría 16 ó 17 años y del que Randy ya me decía que iba a ser muy bueno. Ya me había hablado de él antes de verlo por primera vez.
Es verdad que mirabas su swing y tampoco te llamaba especialmente la atención, pero cuando te hablaban tan bien de Scheffler no sólo era por sus condiciones técnicas, sino por la buena cabeza que tenía. Me encantaría que ganara.
Ayer estuvo muy sólido. Es verdad que a partir del 12 se le vio un poco mas nervioso, pero es que eso es totalmente normal yendo de líder el sábado en el Augusta National. Pero bueno, con nervios y todo, al final es el único jugador que ha firmado tres tarjetas por debajo del par en un Masters que esta siendo muy duro, sólo hay que mirar los pocos jugadores que quedan por debajo del par. El principal problema que tiene Scheffler se llama Cameron Smith, un jugador que puede ser muy peligroso cuando huele la sangre, porque no tiene problemas en atacar y atacar.
El caso es que hay Masters y todavía podemos asistir a una gran última jornada. El gran favorito después de 54 hoyos es el actual Número Uno del mundo, pero creo que de alguna manera este Masters nos viene a confirmar el nuevo orden del golf mundial, en el que me parece que vamos a tener a varios jugadores rotando en los primeros puestos, pero sin un gran dominador.
Para acabar, me gustaría destacar las declaraciones de Jon Rahm después de firmar un 77 y quedarse sin ninguna opción. Es un ejemplo de actitud que todos, pero sobre todo los más jóvenes, deberíamos tener siempre presente, porque le escuchas, lo ves hablar, y sabes que el domingo va a salir a darlo todo, a comerse el campo.
