Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2023 Un calambrazo de mil voltios despierta la versión más bestia de Jon
El golfista español se coloca líder del Masters tras arrancar con un doble bogey

Un calambrazo de mil voltios despierta la versión más bestia de Jon

Compartir
Jon Rahm
Jon Rahm, durante la primera ronda en Augusta, justo antes de salir a jugar.

En toda la historia sólo un campeón del Masters de Augusta ha ganado el torneo después de empezar con doble bogey en el hoyo 1. Fue Sam Snead en el año 1952. Han pasado 71 años. Lo hizo uno de los elegidos del golf mundial, un jugador con siete Grandes a sus espaldas y el récord absoluto de triunfos en el PGA Tour empatado con Tiger Woods. Uno de los elegidos.

Hoy Jon Rahm (-7) ha arrancado la primera jornada con un doble bogey después de un doloroso cuatripateo. Queda mucho por delante para saber si ganará el Masters, pero si alguien pertenece a ese reducido grupo de elegidos es Rahm. Por lo pronto se ha colocado colíder empatado con Brooks Koepka y Viktor Hovland y ha firmado la vuelta más baja de la historia de Augusta de un golfista que ha empezado con un doble bogey. 65 golpes. Siete bajo par. Nueve menos en 17 hoyos. Todas las calles cogidas y 17 greenes. Una bestialidad.

El calambrazo de mil voltios del hoyo 1 ha sacado de la cama a guantazos la versión más bestia de Rahm. «No recuerdo si alguna vez en mi carrera he hecho cuatro putts, seguramente lo habré hecho, pero no lo recuerdo», aseguraba. A partir de ahí, ha desplegado un golf supremo. Ha hecho seis birdies y un eagle, con un parcial de cinco menos en los pares 5 tirando en todos a green de dos. Ha tenido dos hierros 4 en sus manos en el 8 y en el 15 y dos hierros 6 en el 2 y en el 13. Ha sido un golf salvaje. Seguramente, lo más parecido a la exhibición mayestática de Rahm en el famoso Memorial que tuvo que abandonar por Covid cuando lo tenía ganado.

Jon no estaba nada contento después del doble bogey del hoyo 1 con cuatro putts. Más bien al contrario. Sin embargo, ha sabido digerirlo bien. Encontrar en la calle la salida del hoyo 2, que él pensaba que había fallado por la izquierda, ha sido definitivo. Le ha dado la calma que necesitaba. A partir de ahí, ha jugado su mejor vuelta de golf en Augusta. Ya firmó un 65 en la tercera ronda de 2018, pero no fue tan poderoso como su demostración hoy.

Tardaron dos horas y media en meter a Jon en las pizarras de líderes del Masters. Como si el doble bogey les hubiera hecho perder la fe a los señores de Augusta en el golfista de Barrika. Qué poco lo conocen. Finalmente, lo tuvieron que meter a gorrazos después del hoyo 8, tras haberle dado la vuelta de manera definitiva a la tortilla con un eagle galáctico. Su segundo golpe fue estratosférico. Tenía 210 metros a la entrada de green y 244 a la bandera. Pegó un hierro 4 cerrando y la dejó a un metro. El público, quizá despistado porque Tiger Woods acababa de pasar por el 9 apenas lo celebró. Jon sabía que había sido bueno, Justin Thomas se lo había reconocido con su pulgar hacia arriba, pero no fue hasta que llegó al green cuando vio lo cerca que estaba. Alegrón. El doble bogey estaba ya olvidado.

A partir de ahí, siguió apretando el acelerador, jugando cada hoyo de libro. Para el recuerdo también deben quedar su sacada de búnker en el hoyo 13 y el chip del 15. Dos tiros deliciosos para dejarse el birdie dado.

El colofón final llegaba en el 18. Su mejor hoyo completo del día. Jon incluso lo sitúa por encima del eagle del 8. Soltó un drive sensacional y un hierro 8 a un metro del agujero. La guinda del pastel. El mejor inicio posible. Muy cómodo todo el día y apuntando a lo más alto. El Masters no ha hecho más que empezar, pero de qué manera.

Resultados en vivo del Masters de Augusta 2023