Bryson DeChambeau (-7) es el primer líder del Masters tras entregar una sensacional tarjeta de 65 golpes en la primera jornada. El golfista de Clovis, California, consigue al fin bajar del par en el Augusta National. Su par, claro.
Hay que remontarse tres años atrás para poner en contexto la historia. Año 2021. DeChambeau llegaba al Masters como campeón del US Open. Venía de ofrecer en el año del Covid una exhibición estratosférica en Winged Foot. Se llevó la victoria por seis golpes de ventaja y su proceso para convertirse en el mayor pegador posible estaba en plena ebullición. Era Hulk DeChambeau y estaba dispuesto a arrasar con todo y con todos.
Se presentó en aquel Masters con la moral por las nubes, convencido de que estaba iniciando una nueva era en el golf y soltó en la previa del torneo que en realidad su par en Augusta no era de 72 golpes, sino de 67. Aquello, aparte de ser calificado por muchos como una bravuconada, le cayó con una maldición. Un auto mal de ojo en toda regla. Hoy sí, hoy ha hecho 65 y ha bajado de su par en Augusta. Es su mejor resultado de siempre aquí y la tercera vez que baja de 70 golpes en un campo que nunca se le ha dado muy bien.
En 2021 acabó en el puesto 46º con cuatro vueltas de 76, 67, 75 y 75; en 2022 falló el corte con dos tarjetas de 76 y 80 y en 2023 volvió a quedarse fuera del fin de semana después de firmar 74 y 74 golpes. Como se pueden imaginar, no fueron pocos los que han aprovechado en este tiempo para recordarle sus palabras… Es como si a Augusta no le sentara nada bien el cuerpo de culturista.
Es más, su mejor actuación en el Masters fue en 2016, en su primera edición, cuando era un espigado y delgado jugador amateur que finalizó en una brillante 21ª posición. Ahora que parece haber estabilizado su cuerpo, dejando atrás a aquel forzudo desmesurado, DeChambeau ha encontrado su mejor versión con una tarjeta trufada con ocho birdies y un solitario bogey. Arrancó con tres birdies consecutivos en los tres primeros hoyos (es el segundo que hace en su carrera en el hoyo 1) y terminó también con otros tres birdies consecutivos entre el 15 y el 17. Lo mejor de su juego hoy ha sido, de lejos, el putter.
Primer torneo de Danny Willett en siete meses por una intervención en el hombro y 68 golpes
Curiosamente, en aquel Masters que sirvió como debut de DeChambeau en 2016, se vistió con la chaqueta verde el domingo el inglés Danny Willett (-4), segundo clasificado provisional. Si sorprendente es el liderato de Bryson, después de dos cortes consecutivos fallado, mucho más es la tarjeta de 68 golpes del inglés. No jugaba un torneo de golf de competición desde el BMW PGA Championship de 2023, hace siete meses.
Después de Wentworth decidió pasar por el quirófano para solucionar unos problemas en su hombro izquierdo. Ha estado en el dique seco hasta enero y desde entonces ha hecho poco más que entrenar y preparar su cuerpo para el regreso. En 2024 apenas jugó el Pro Am de Seminole, hace poco más de un mes, seguramente para probar cómo estaba la articulación. El resultado no fue satisfactorio y decidió posponer su regreso.
Ni siquiera tenía segura su participación en el Masters. Lo decidió el pasado domingo, después de jugar una ronda de prácticas con un amigo. Los campeones del Masters tienen la prebenda de jugar el domingo anterior del torneo con el invitado que ellos deseen. «Me quería probar para tomar una decisión y la verdad es que me sentí muy bien», ha asegurado. «Aún tengo algunos golpes que no puedo hacer exactamente como quiero, pero en general me siento mucho mejor. Hoy ha sido una de esas cosas que pasan, me he sentido bien, han caído un par de birdies al principio y me he ido animando…», remataba.
Además de DeChambeau y Willett, Ryan Fox (-3) se ha metido arriba de entre los que jugaban en los primeros partidos, que por cierto no han tenido tan mal tiempo como se esperaba. Ha soplado el viento, fuerte por momentos, racheado, pero también ha tenido instantes más tranquilos. La principal dificultad era lo cambiante de la situación.
Sergio García hace el par con dos bolas al agua
En cuanto a los españoles, Sergio García (PAR) ha firmado una vuelta como mucho movimiento. Ha hecho cinco birdies, tres bogeys y un doble bogey, una demostración de que, efectivamente, su juego está muy bien, ya que cinco birdies en Augusta hay que hacerlos, aunque también está teniendo algunos tiros malos, como las bolas al agua en el 11 y en el 12 que le cuestan muchos golpes. El viento ha sido en gran parte responsable de esos errores, pero es un factor que cuenta para todos.
Por su parte, José María Olazábal (+5) ha sufrido tal y como se esperaba. Se le hace muy largo el campo y necesita que pasen muchas cosas a su favor para acercarse al par. La clave hoy ha estado en las tres buenas opciones de birdie que se le han escapado en el 12, 13 y 15 y que le hubieran puesto en ese momento en +1.
