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The Open Championship | Segunda jornada

Arnaus: primero una bomba y luego el bombazo

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Adri Arnaus esta semana en el Old Course de St. Andrews. © Golffile | Mateo Villalba
Adri Arnaus esta semana en el Old Course de St. Andrews. © Golffile | Mateo Villalba

Adri Arnaus (PAR) ha pasado el corte en esta histórica 150ª edición del Open Championship. Se lo ha trabajado duro durante toda una apasionante segunda vuelta, para terminar embocando un putt de birdie de metro y medio en el 18 que garantizaba su presencia el fin de semana. Pero antes de llegar a este desenlace taquicárdico habían pasado muchas e interesantes cosas… Alguna de ellas, ciertamente, sólo al alcance de un tipo como Adri. Nos referimos sobre todo a la bomba que lanzaba en el hoyo 5, el primer par 5 del Old Course

Allí se plantaba el de Moià con la ronda bien encarrilada de inicio después de hacer birdie en el hoyo 1. Tenía una brisa que ayudaba y, la verdad, tampoco es que estuviese pensando en reventar la bola, en salirse de los zapatos, como suele decirse. “Siempre trato de buscar más el ritmo que otra cosa, pero no sé qué pasa a veces, debe ser que le pego justo con el punto dulce, sale muy alta, se pone a volar y…”, explicaba el jugador español con un deje de cierta guasa. El caso es que el bombazo de Arnaus dejaba la bola a sólo 81 metros del principio del green y a 115 de la bandera, después de registrar una distancia de cerca de cuatrocientos metros (390, para ser más exactos) con el drive de salida.

Es verdad que el viento ayudaba un poco, pero también lo es que las calles del Old Course estaban hoy, viernes, menos firmes que el jueves, por el agua caída durante la noche. De otro modo, con aquellos fairways de mármol, igual estábamos hablando de una barbaridad mucho mayor, porque además su bola había cogido el carril bueno.

Hay una magnífica prueba del algodón que podemos realizar para hacernos una idea más aproximada del alcance del misil: Rory McIlroy, que pasaba por aquel tee sólo media hora más tarde, también se gustaba con el driver en las manos y su disparo también llevaba la bola al fairway, pero a ‘sólo’ 343 metros de distancia, cerca de cincuenta metros menos que el catalán. Como para no haberse quedado a gusto. “La verdad es que esa bomba nos ha dado mucha confianza”, sentenciaba el jugador.

Arnaus, en efecto, alcanzaba un excelente parcial de tres menos  en el meridiano de la vuelta, aunque inmediatamente comenzaban también los problemas. Ley de vida en un Grande. De nuevo en el hoyo 11. “Ayer estuve cerca del hoyo en uno y me fui por detrás para hacer bogey y hoy me voy a un bunker y la he tenido que sacar de lado, no había otro modo de hacerlo, así que al final ha sido incluso un buen doble bogey”, explicaba. El bunker en cuestión, de nombre Hill (casi todos los bunkers del Old Course tienen su propio nombre), arrastra una de las grandes leyendas de la historia del golf y del Open Championship, pues fue en esa trampa de arena donde un joven e iracundo Bobby Jones levantaba la bola en la tercera ronda del Open de 1921, después de haber tratado hasta en tres ocasiones de sacarla, sin éxito.

A partir de ese punto, las fatiguitas, puesto que la línea del corte amenazaba seriamente su continuidad en el cuarto ‘major’ del año, el tercero consecutivo que disputa Adri en la presente temporada. En la recta final le caía el típico bogey en el 17 (en este hoyo es moneda común que ocurra, sobre todo si se falla la salida, como era el caso) y acto seguido sacaba adelante el birdie salvador en el 18. Tras la bomba del hoyo 5, el bombazo postrero: corte salvado y que siga la aventura.

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