La tarde fue más complicada que la mañana. Que nadie lo ponga en duda. Sopló más viento y, sobre todo, el campo se fue endureciendo con el paso de las horas. Más firme, más incontrolable. Sin embargo, sopló con menos intensidad de lo que se esperaba y lo cierto es que hubo margen para hacer buenas vueltas. Ahí están Robert Dinwiddie (-5), Dustin Johnson (-4), Talor Gooch (-4) o Scottie Scheffler (-4) para atestiguarlo.
Scheffler y DJ son los nombres más potentes. Son los que realmente han dado un golpe sobre la mesa y han presentado su candidatura a la victoria con más fuerza. Han sido capaces de lidiar con las calles de mármol del Old Course, que en ocasiones se comporta más como un petaco de bar, mandando la bola hacia un lado y otro sin control, que como un campo de golf. Es lo que tienen las maravillosas dunas de St Andrews.
El Royal and Ancient lo ha confesado. Es oficial. Las calles del Ols Course están más duras que los propios greenes. Parece una locura, pero no lo es. Los greenes se riegan, se mantienen y los ‘fairways’ se dejan a su libre albedrío. Por eso se puede llegar a esta situación. «Me das una buena noticia. Yo estaba convencido de que las calles estaban más duras que los greenes, pero me tranquiliza saber que no había perdido la cabeza», señalaba tras su vuelta un risueño Scottie Scheffler.
El Número Uno del mundo afirma tajantemente que jamás ha jugado un campo tan duro como el Old Course. Duro de firme, claro. Es tal la dificultad que en muchas ocasiones, confesaba el propio Scheffler, te tienes que olvidar de las calles para estar en juego. Se ha visto mucho, como por ejemplo en el hoyo 16. Apuntan directamente al rough para evitar los búnkers. «Si quieres sacar los búnkers de la ecuación, lo mejor muchas veces es no tratar de coger la calle», afirma.
El objetivo en un campo de este calibre es estar siempre en juego. Hay que evitar las trampas de arena y los brezos. El rough es un buen sitio. Al mismo tiempo, te tienes que harta de paciencia con los botes y rebotes de las calles. Es lo que hay. A veces te beneficia y otras te perjudica. Si te obsesionas con este asunto, el campo, con toda su historia, te acaba engullendo. Cabezas bien amuebladas o con escasa tendencia a la obsesión como las de Scheffler o Dustin Johnson, cada uno a su manera, son ideales para lidiar con esta olla a presión. Ese bien podría ser el palo número 15 de la bolsa esta semana.
Despues, por supuesto, hay que meter putts. No queda otra. Hay que estar fino en los greenes y meter mucho putt de entre metro y medio y tres metros. Son tan grandes los greenes que muchas veces vas a sufrir de lo lindo para hacer dos putts. Pero hay que meterlos. Hoy Scheffler y Dustin Johnson lo han hecho.
El corte está ahora mismo en el par. Parece que andará por esta cifra, quizá +1 o -1, depende de las condiciones del viernes. En principio, el parte anuncia lluvia. Eso ablandaría un poco el campo y podría facilitar algo las cosas, aunque nunca es agradable jugar con agua. Veremos cómo afecta realmente.
Otro asunto a tener en cuenta y que haría bien el Royal and Ancient en atajarlo es la duración de las vueltas. Jon Rahm ha estado en el campo más de seis horas y cuarto. Esto debe ser inadmisible. Ni siquiera las condiciones de viento han sido tan duras como para permitir este desfase. En estos tiempos que corren en los que se habla tanto de hacer crecer el juego, no lo duden, empiecen por tomarse realmente en serio la batalla contra el juego lento.
