Brian Harman (-12) ha sido capaz de entregar un 69 en la tercera jornada para seguir gobernando con mano firme esta 151ª edición del Open Championship. Tan firme, que mañana partirá con cinco golpes de ventaja sobre su compañero en el partido estelar del domingo, Cameron Young (-7), seis sobre el renacido Jon Rahm (-6) y siete sobre un nutrido grupo de jugadores: Viktor Hovland, Antoine Rozner, Jason Day, Sepp Straka y Tommy Fleetwood.
A priori, por aquello de pintar la raya en un punto razonable, el ganador debe estar entre alguno de estos ocho jugadores, aunque sea Harman quien se lleva una porción groseramente grande de la tarta de los porcentajes. Como se ve, en el grupo no está incluido el nombre de un Rory McIlroy (-3) absolutamente negado hoy en los greenes, cuyo juego de tee a green, en líneas generales, pero sobre todo por los primeros nueve, bien podía haberlo llevado al segundo escalón de la tabla.
El zurdo/diestro de Savanah (Brian juega a zurdas, pero escribe con la diestra, como Nadal), que ha terminado hoy salvando un buen par en el 18, dispone de un margen escandaloso de maniobra. A ver, digámoslo claro: si es capaz de firmar otro 69 en la ronda final difícilmente nadie podrá discutirle nada. Incluso, si se hacen las cuentas con la cabeza fría, diríase que una tarjeta al par del campo podría bastarle y sobrarle…
Como quiera que Harman arrancara con dos bogeys tempraneros en los hoyos 1 y 4, realmente pareció que el Open se había abierto en todas las direcciones y que Jon Rahm, autor de la mejor tarjeta de la semana y de una remontada de época, se erigía en la más sólida alternativa. Después, la lluvia y el viento dijeron al unísono hasta aquí hemos llegado, facilitando hasta cierto punto (nunca es fácil) el trabajo de todos los jugadores que marchaban en los últimos partidos.
Brian Harman, que hasta ahora no se ha caracterizado precisamente en su carrera por su condición de killer, ha cerrado las puertas de la casa donde se guarda la Jarra de Clarete, pero habrá que convenir en que todavía se ha dejado abierta la ventana de la cocina. Es una manera más o menos gráfica de admitir que todavía no tenemos un ganador de este Open. Y en esta ecuación todavía abierta ha entrado Rahmbo, dispuesto además a seguir haciendo ruido, a ver quién es el guapo que lo baja ahora del caballo.
¿Qué Royal Liverpool vamos a encontrarnos en la ronda decisiva? Digamos que este sábado se ha juntado un buen ramillete de banderas más asequibles y que mañana volverán a apretarse las tuercas. Pero más allá de las condiciones de preparación del campo y meteorológicas (veremos cuánto sopla el viento, porque hoy lo ha hecho mucho menos de lo esperado), la clave volverá a estar en las cabecitas de los candidatos, sobre todo, en este caso, del líder. Si Harman muestra debilidades, si su swing no llega a fluir tan fino como en general lo ha hecho esta semana, entonces el caco más astuto se colará en efecto por la ventana de la cocina y hasta puede que abra de par en par la puerta de la entrada principal.
