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Mi historia del año como nadie la vio: una ronda de sake en el US Open

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Pello Iguarán y Francesco Molinari, en el US Open. (© Golffile | Fran Caffrey)

Cuál ha sido un momento especial para mí en este año 2021 y qué conexiones encuentro con mi carrera como caddie y mi pasión por el golf, pues bien, resulta que en junio de este año volví de nuevo a trabajar con Francesco Molinari y da la casualidad que nuestro primer torneo es nada más y nada menos que un US Open y, además, en uno de mis campos favoritos, Torrey Pines en San Diego. Es también uno de los lugares más bonitos que he tenido la suerte de visitar en mi vida.

Recuerdo esa semana de manera muy especial, empezando por el estudio del campo. Normalmente en un Grand Slam debido a la exigencia de las condiciones que suelen tener en esas semanas y especialmente en un US Open requiere de un estudio y trabajo más preciso.

Los días de preparación del campo normalmente los disfruto mucho y en este caso si cabe aún más, con buen tiempo y en un lugar idílico como Torrey Pines, difícil de expresar con palabras.

Después me encontré con mi jefe, una rápida conexión con él nos llevó a un buen torneo donde estuvimos arriba durante varios momentos terminando con un meritorio puesto decimotercero. Un buen comienzo de una nueva etapa que vamos a continuar en este próximo año 2022 con muchas ganas de aumentar el palmarés de victorias.

Cuando terminamos el hoyo 72 veo que Jon Rahm sigue en los primeros puestos y con buenas opciones de triunfo, intento hacer todo lo más rápido posible para poder ver el final del torneo. Llego cuando Jon está en el hoyo 15. El final estaba tan emocionante que me acerqué a la televisión que había cerca del green del hoyo 18 donde me encuentro con el periodista español Juan Luis Guillén.

Más tarde llegué a la zona de entrega de tarjetas donde me encontré con la familia y el equipo de Jon y pudimos celebrar el primer triunfo de la historia de un golfista español en un US Open y el primer torneo Gran Slam de Jon Rahm.

Aprovecho para darle las gracias de tener el detalle de invitarme a la cena posterior con su familia equipo y amigos. Pasamos un momento inolvidable, por cierto, un shushi espectacular y después del postre el sake japonés, que se lo bebieron todo antes de que lo pudiera probar. ¡ja ja ja!

Me considero muy afortunado ya que con lo que me gusta el golf, he tenido la suerte de vivir varios de los momentos más bonitos del golf en lo que respecta a jugadores españoles de mi generación y momentos puntuales del golf en general.

Recuerdo estar subido a un árbol de uno de los mejores campos que conozco. Era en Valderrama en la Ryder Cup del año 1997 en el hoyo 17 celebrando la victoria europea. En aquella ocasión estaba como espectador invitado por Ignacio Garrido que participó ese año en esa Ryder Cup, posiblemente una de las ediciones con mayor número de españoles en el equipo europeo, empezando por el capitán Severiano Ballesteros, el vicecapitán Miguel Ángel Jiménez y los jugadores José Maria Olazábal e Ignacio Garrido, y donde culpa de una lesión Miguel Ángel Martín, que había clasificado por méritos propios, tuvo que ceder su plaza y apoyar al equipo.

Tengo que agradecer especialmente a Ignacio Garrido no sólo haberme invitado a esa Ryder cup y poderla vivir de una manera especial, sino que además motivó el comienzo de mi carrera como caddie profesional al año siguiente (1998), donde empezó mi andadura en esta profesión tan especial que sigo ejerciendo actualmente.

Otro momento histórico que he tenido la suerte de vivir fue la famosa Ryder de 2012 de Medinah, esta vez como espectador invitado por el capitán del equipo José María Olazábal. Tengo que decir que esta Ryder la recuerdo con mucho más sufrimiento que las demás, gracias a que el final fue mágico y quizá uno de los aprendizajes más profundos que he vivido en este deporte.

Tengo que decir que era prácticamente imposible el sábado hacia las once de la mañana no pensar en una paliza severa del equipo americano sobre el europeo. Cualquier cosa que pudiera salir bien para los americanos ocurría una detrás de la otra sumando puntos sin parar. Pero este deporte es así de especial y demostró que nunca hay que darse por vencido. Eso es lo que hizo el equipo europeo y protagonizó posiblemente la remontada más importante de la historia de una Ryder Cup y quizá hasta de este deporte. Fue algo mágico e inolvidable.

Aprovecho para agradecer a Olazábal esta invitación única pero especialmente por ser y haber sido amigo, mentor, jefe y, quizá lo más importante, por seguir siendo un ejemplo como persona y profesional, humilde y entregado a este deporte en cuerpo y alma, así como seguir transmitiendo esos valores a tantos aficionados de este deporte.

La verdad es que voy a parar en el año 2012 y dejarlo para otro capítulo. ¡ja ja!

Aprovecho para desearos un año 2022 lleno de sueños cumplidos.

Pello Iguarán es el caddie de Francesco Molinari