Alex del Rey está muy tranquilo. Tanto, que llegó a la isla de Mallorca el pasado viernes para pasar unos días de vacaciones/entrenamiento jugando al golf con su tío Paco, residente aquí desde hace 15 años y loco del golf por los cuatro costados.
Del Rey ha aterrizado en la final del Challenge Tour en el puesto 16º de la Road to Mallorca, consiguen la tarjeta 20 y matemáticamente aún no puede cantar victoria. Las cuentas no terminan de salir del todo, aunque el joven jugador madrileño prefiere no hacerlas. Tiene sus motivos y la historia, sobre todo la historia, le da la razón.
Desde que existe la gran final del Challenge Tour, año 1995, jamás un jugador que empezó el último torneo dentro de los 16 primeros del ranking cayó más allá del puesto 20. Hemos revisado todas las finales una a una. Las únicas que no ofrecen estos datos son las de 1998 y 1997. Pues bien, en las 25 ocasiones restantes nunca se metieron entre los 20 mejores de la clasificación del Challenge Tour más de tres jugadores que estaban más allá de ese puesto. Tres jugadores es el tope que marca la historia y a Del Rey lo tendrían que pasar cinco. Lógico que no haga cuentas, ni maldita falta que le hace.
De los 25 años consultados, únicamente en cinco ocasiones hubo tres ‘sorpassos’ al top 20 del Challenge Tour en la gran final. Ocurrió en 2020, 2014, 2011, 2010 y 2004. Se le puede considerar, por tanto, una rara avis. Lo más normal es que se produzcan dos adelantamientos viniendo desde atrás. Eso ha ocurrido en 11 ocasiones. Del Rey puede estar tranquilo. La historia dice que en más ocasiones se han producido cero o un sólo movimiento que tres. Concretamente, ha ocurrido ocho veces. La más cercana fue justo el año pasado, cuando únicamente Nicklas Moller logró meterse entre los 20 primeros viniendo desde atrás.
Así las cosas, la semana de Alex del Rey huele a fiesta. Varios buenos amigos suyos tienen previsto venir el fin de semana y hay una especie de conjura entre los españoles para regresar a casa el lunes por la tarde, como muy pronto, por lo que pueda ocurrir el domingo…
Sea como fuere, Alex es prudente y no canta victoria aún. Es más, encara la final de la mejor manera posible. «No pienso en otra cosa que no sea ganar el torneo. Estoy seguro de que si gano consigo la tarjeta, así que no hay más cuentas que hacer», afirma valiente.
