El Club del Golf del Mediterráneo es el patio trasero de la casa de Sergio García. Allá echó los dientes, los primeros putts, sus mejores swings y pasó toda su infancia forjando a las órdenes de su padre Víctor el excepcional jugador de golf que es hoy en día.
La profecía de Mickelson no iba muy desencaminada…
El domingo 23 de octubre de 2011 Sergio volvió a pinchar en el tee del hoyo 1 de su club como tantas otras veces. Eso sí, había una diferencia sensible. Peleaba por ganar un torneo del European Tour y, sobre todo, por hacer historia. Y así sucedió…
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El de Borriol ganó con un resultado total de 257 golpes (-27). En número de golpes era el más bajo de siempre en el Circuito Europeo y en el acumulado bajo par sólo se quedó por detrás del triunfo de Ernie Els en el Johnnie Walker de 2003.
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Lo de Sergio fue una exhibición sin paliativos. Una barbaridad salida de su chistera. Sus tres últimas rondas fueron de 63, 64 y 63 golpes. Sí, muchos dirán, claro lo ha hecho en su campo, así cualquiera… Como si fuera tan fácil. Como si Sergio cada vez que sale a jugar al Mediterráneo hiciera 63 golpes. Nanai.
Sergio acabó con once golpes de ventaja sobre Gonzalo Fernández Castaño, doce sobre Alex Noren y Richie Ramsay y ¡17 golpes! Sobre la octava plaza. Al último de los que pasó el corte, Carl Suneson, le sacó 32 golpes. Lo dicho, de todo planeta.
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Así contamos aquel triunfo histórico de Sergio en Ten Golf: