Europa llega a los individuales de la Ryder Cup de Roma con una ventaja de cinco puntos. Estados Unidos ganó la última sesión de fourballs por 3 a 1 y el marcador refleja un sólido 10,5 a 5,5 a favor del equipo azul. El capitán, los vicecapitanes y cualquier jugador del viejo continente habría firmado un resultado así antes de empezar la Ryder Cup. Sencillamente, porque nadie en la historia de esta competición desde que juegan USA frente a Europa ha conseguido remontar cinco puntos en la última jornada. Es una gran ventaja. Sí, los chicos de Luke Donald lo tienen en su mano, pero todos saben también que no hay nada definitivo. Aún deben ganar como mínimo cuatro puntos de los doce que habrá en juego para conquistar la Ryder. No parece mucho, pero hay que hacerlo.
El deporte está compuesto también de emociones. No es lo mismo llegar con cinco puntos de ventaja al domingo habiendo ganado la última sesión, que hacerlo con una derrota. Mucho más si las barras y estrellas han tenido que remontar el último partido del día para ganar. Estaban uno abajo en el 16 y con todo en contra para ponerse dos abajo y han conseguido empatar ese hoyo y ganar los dos siguientes para llevarse el punto completo, ganar el punto, la sesión y abrir una puerta a la esperanza a Estados Unidos. Así de sencillo. Perdiendo ese punto era casi imposible pensar en una remontada en los individuales, pero al haberlo ganado el panorama cambia. La Ryder está claramente a favor de Europa, pero ni mucho menos está decidida.
Hay un tipo con nombre y apellidos que ha sido el responsable de abrir esa puerta a la esperanza americana. Se trata de Patrick Cantlay. El californiano ha sacado su yo más fiero y competitivo para darle él solito la vuelta al partido. Ha empatado el 16 con una recuperación deliciosa desde la arena y ha terminado con dos birdies (tirazo en el 17 desde el tee y putt sideral de 13 metros en el 18) para ganar el punto. Qué cosas. El mismo día que se deslizaba por parte de algunos periodistas que Cantlay era el principal impulsor de un mal rollo que había infectado al vestuario americano, ha sido él quien ha permitido que todos piensen que es posible una gesta jamás vista.
Antes que Cantlay, bien apoyado por Clark y frente a una pareja donde Rory McIlroy ha estado demasiado solo, con un Fitzpatrick que no ha sido capaz de ganar ni un hoyo, Sam Burns y Collin Morikawa lograban una contundente victoria por 4y3 frente a Hovland y Aberg. No ha habido mucho color en este partido. Han empezado mandando con un gran Burns y Morikawa ha completado la faena con unos hierros de película, muy de Morikawa. Aberg ha tratado de alargar la agonía, pero era sólo cuestión de tiempo que el punto fuera rojo.
Homa y Harman han ganado a Fleetwood y Hojgaard por 2y1. La pareja más fuerte de Estados Unidos en esta Ryder Cup, ganando dos de los tres puntos que han jugado, han podido con unos guerreros Fleetwood y Hojgaard. Especialmente el danés. Ha pegado muy buenos tiros. Si llega a meter algún que otro putt corto que ha tenido en los primeros nueve hoyos para ganar, quién sabe si otro gallo habría cantado en este duelo. Fleetwood ha apoyado, pero no ha estado tan brillante como en otras ocasiones. Han ido siempre a remolque y han tratado de llevar al límite a los americanos. No ha sido suficiente.
El único punto ganado por Europa ha sido de Rose y MacIntyre por 3y2 frente a Thomas y Spieth. Se confirma el fracaso absoluto de la pareja americana que más partidos ha disputado en la historia de la Ryder Cup. Era su noveno punto juntos y se quedan con 4,5 puntos en su haber. De nuevo, Spieth ha sido un lastre, tremendamente errático de tee a green. Rose ha sostenido a la pareja europea de maravilla y, al fin, hemos podido ver destellos de MacIntyre, que ha metido un par de putt en el tramo final que han sido decisivos para el triunfo. Por primera vez se le ha visto metido dentro de la película de la Ryder.
Lo normal es que Europa acabe ganando la Ryder Cup este domingo en Italia, pero de producirse al histórica remontada de Estados Unidos, habrá que señalar a Patrick Cantlay como el gran héroe, ojo, maravillosamente escoltado por Max Homa. Hoy Cantlay ha recordado al Ian Poulter de Medinah. El que hizo creer en lo imposible. Esperemos que no acabe igual por el bien de una Europa que ha trabajado muy bien durante toda la semana.
