Inicio Blogs David Durán Capítulo trece: Un milagro en tierras de Castilla

Capítulo trece: Un milagro en tierras de Castilla

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Paisaje de Castilla.
Paisaje de Castilla.
– Capítulo uno: Abro los ojos
– Capítulo dos: Jordan sólo decía ‘guau’
– Capítulo tres: Intimidades que no deberían contarse
– Capítulo cuatro: Tiger Woods al rescate
– Capítulo cinco: ¿de verdad seré yo el primero?
– Capítulo seis: El parné, vil y encantador
– Capítulo siete: Como un espectro blanco y difuminado
– Capítulo ocho: Los parias de este circo
– Capítulo nueve: Negro, de arriba abajo
– Capítulo diez: La familia, bien, gracias
– Capítulo once: Lucius y el golf como arte marcial
– Capítulo doce: Sin novedades en el ‘nueve’ titular

*El aspirante es un relato de ficción escrito por David Durán durante el confinamiento decretado por el gobierno de España por la crisis mundial provocada por el coronavirus Covid-19. Se irá publicando por capítulos mientras dure la cuarentena.

La primera vez que Chus cogió un palo de golf tenía ocho años. Era un putter. Casi sin recibir instrucciones, prudente y precavido, se acercó mucho al hoyo que tenía más cerca y lo primero que hizo fue embocar una bola desde apenas treinta o, a lo sumo, cuarenta centímetros. Luego enchufó otra desde unos sesenta. Después, aquel mismo día, falló otros muchos putts, la mayoría, pero el flechazo ya era un hecho.

Corría el año 2017 y él era de la segunda generación de niños -Guille era de la primera- que se acercaba a este deporte en Brea de Tajo, pequeña población madrileña y milagro entre los milagros en la historia más prosaica del golf. Un buen día, cavilando acerca de qué actividad podría venir mejor a los chavales del pueblo y de la comarca, un desprejuiciado maestro pensó si no sería el golf lo que andaba buscando. Como suele decirse, el resto es historia. Pero contémosla, aunque sea a salto de mata.

De un modesto y coqueto putting green sintético, instalado en el colegio en 2015, se pasó en 2019 al Centro Deportivo Seve Ballesteros, que así se llamó, situado en un antiguo campo de fútbol y dedicado íntegramente al golf, con otro putting green más grande y de una hierba artificial muy conseguida, una zona de entrenamiento con redes y espacios laterales para la confección de pares 3 provisionales. Lo que son las cosas: el golf ganándole el espacio al balompié en España…

Un par de años después vinieron aquellos primeros dos hoyos rústicos, un par 3 generoso y un par 4 muy cortito, casi silvestres, que enseguida se transformaron en cuatro… Finalmente, en el año 2024, nueve años después de que aquel maestro desprejuiciado plantara aquella insólita semilla, se iniciarían las obras de lo que hoy es uno de los campos más afamados del país y lugar de peregrinación de miles de jugadores, en vista de su peculiar diseño, estilo y filosofía.  ¿Puede construirse un links escocés en los machadianos campos de Castilla? José María Olazábal, a quien se le encargó el diseño, demostró que, si no se puede, muy poco le falta. A la vista es, sin duda, un links a todos los efectos. Y en muchos aspectos del juego también lo es, según la época del año. Después, es cierto, hay particularidades de aquellos legendarios campos que no pueden replicarse -el más importante: la cercanía del mar-, pero la obra de El Seve Ballesteros Golf Club fue el sueño hecho realidad de un osado -y multimillonario- empresario, Agustín Varela, bajo cuyo impulso se alinearon otras fuerzas -federaciones, fundaciones, ayuntamiento y hasta la Unión Europea, en hábil y audaz gestión del alcalde de Brea-, hasta el punto de rematar una obra única: es un campo de categoría superior que está literalmente pegado al pueblo, con un diseño sin igual en España y fuera de las Islas Británicas, un mantenimiento espléndido, sobre todo orientado a mantener hasta donde es posible las condiciones de un links, y en el que se puede jugar por un precio irrisorio, en comparación con el de otros campos. En menos de un lustro, Brea de Tajo había triplicado su población…

Allí, Chus Urbina terminó de hacerse un gran jugador. Lo suyo venía de serie y no hay que tratar de buscarle demasiada explicación. Entre los 15 y los 17 años de edad, con el recorrido de 18 hoyos ya terminado y estrenado en 2025, Chus casi llegó a confundirse con la hierba, las dunas replicadas en los fairways y los profundos bunkers. No salía de allí. Con el tiempo -no demasiado, el muchacho iba deprisa- se convertiría en el tercer nacido o criado en Brea de Tajo que había llegado a hacerse profesional y en el primero que se hizo un hueco en el World Golf Tour, el gran circo donde casi cada semana se daban cita buena parte de los mejores jugadores del planeta. Cuando lo consiguió, apenas habían pasado quince años desde que se inaugurara aquel primitivo putting green en el patio del colegio. Que allí sigue, por cierto.